No quiero encerrarme en mi mundo y pensar en ti cada segundo. Cuando eramos pequeños deciamos que queriamos ser princesas y casarnos con un principe azul. Lo que nunca imaginamos es que ese principe azul se pudiese marchar y acabar llorando. Siempre creemos que los finales felices existen y que si no tienes uno no puedes llegar a ser feliz del todo. Yo no quiero tener un final feliz, no, me parece demasiado corto; simplemente no quiero que haya final.
No hay comentarios:
Publicar un comentario